NUESTRO PEQUEÑO HOMENAJE A JUAN MUÑOZ:
Muere Juan Muñoz, el autor de Fray Perico y su borrico y todos sus títulos,
el gran best seller de la literatura infantil española y también autor de toda
la serie de “El Pirata Garrapata”.
Juan Muñoz El hombre
que inventó la literatura infantil
Fue el responsable de que varias generaciones de niños
españoles conocieran que la vida pirata era la vida mejor. Juan
Muñoz Martín, creador de personajes como Fray Perico (y
su borrico), El Pirata Garrapata, o los 20 frailes que en un
convento de Salamanca enseñaban las cosas de la vida, ha
muerto hoy a los 93 años. Vivía varios pisos por encima del bullicio,
en una casa enorme que abría siempre, cariñoso, a todo el mundo, en el
barrio de Cuatro caminos de Madrid.
Muñoz Martín fue sobre todo
profesor, pero también uno de los responsables de que la literatura infantil
cogiera vuelo en nuestro país. Tuvo muchos hijos y dio clase a
muchísimos niños más. Y por suerte hubo un día de su juventud, cuando su
mujer era su novia, en el que decidió presentarse a un concurso literario. Era
el Premio Doncel y lo ganó con Las tres piedras en 1966.
En 2019 se cumplieron 40 años no sólo la publicación
de Fray Perico y su borrico sino también del inicio de
literatura para niños tal y como la conocemos en nuestro país. Y lo cierto es
que tal y como se leyó entonces se sigue leyendo ahora lo que Muñoz Martín
escribió en un pequeño cuarto de su casa donde durante décadas
estudiaron sus hijos. Siempre a máquina, al menos así lo hacía cuando en
2020, durante el confinamiento, EL MUNDO pudo visitarle para celebrar la
mencionada efeméride.
"El que menos puede saber por qué estos libros
tienen éxito soy yo", dijo entonces. Cualquiera que haya podido estar con
él un rato sabe que, enseguida, se siente uno alumno de nuevo, con esa
sensación que se tenía de pequeño, cuando un profesor te enseñaba, te
trataba bien, era cariñoso, ¡y encima escribía de piratas! Siempre en
la editorial Barco de Vapor, de SM, aquellas portadas naranjas, libros no
demasiado grandes ni demasiado pequeños, las primeras colecciones de muchos de los
españoles que hoy rondan los 40 años.
También ganó el Premio de Literatura Infantil
Barco de Vapor en 1979, aunque el libro se presentó el año anterior. Ambos
libros, El Pirata Garrapata y Fray Perico y su borrico rondan
ahora las 70 ediciones, pero no son sus únicos títulos. Ahí están también Bandolero
el pistolero y El oso Fructuoso, entre otros.
Recordemos: «Ningún fraile estaba ocioso. Cuando daban
las nueve, los monjes iban a la biblioteca. (...) Fray Pirulero leía un libro
de cocina. Fray Ezequiel, la vida de las abejas. Fray Pascual, la vida de las
gallinas. Fray Perico, como no sabía leer, se sentaba en un rincón a hojear los
libros de santos. El burro se sentaba a su lado»,
«El libro es ameno. Lo gracioso es que
no lo hayan explotado más», se lamentaba Muñoz allá por 2020, refiriéndose al del
fraile, de que «no se haya exprimido suficientemente» un libro que, a día de
hoy, después de casi medio siglo de su publicación, se sigue leyendo como el
primer día. Aquel año, le hicieron homenajes en colegios e institutos
madrileños y hasta hubo media hora de aplausos ininterrumpidos en una salita
del ayuntamiento madrileño de Tres Cantos, que un día tuvo a bien homenajear al
hombre detrás de tanta letra dedicada a los niños.
Profesor del Instituto Jamer de
Madrid, donde daba clases de literatura, Muñoz Martín decidió aquel día de 1966
probar suerte en la literatura y, la noche antes, se lo contó a su novia. «
'¿Pero es mañana cuando acaba el plazo?', me dijo ella, 'bueno, pues quédate
toda la noche trabajando. Así que eso hice, los relatos que tenía escritos los
fui ordenando, dándoles un sentido, arreglando el revoltijo, y lo presentamos,
y salí premiado, me dio el premio Fraga Iribarne, que a ti ni te sonará,
claro..., rememoraba hace tres años. Y matizaba que, en realidad, la gran
agitadora de la literatura infantil en nuestro país fue Consuelo Armijo,
que ganó la primera edición del premio Barco de Vapor con El
Pampinoplas
Llegó a tener hasta 400 alumnos, y en su
colegio Fray Perico y su borrico fue un acontecimiento. Los
niños lo compraban, lo leían, lo compartían, lo comentaban. A ellos, Juan Muñoz
enseñaba literatura, pero también a cantar. «Dirigía el coro, los chicos se
quedaban conmigo al terminar, y llegábamos a quedar terceros o cuartos en los
concursos de Navidad».
Tal vez, además de la sencillez, la clave de su éxito
fuera la altísima capacidad para la pedagogía y para la alegría que tenía este
hombre, que quizás le venga de la larga trayectoria que su familia tuvo en la
enseñanza. «Mi abuelo era maestro. Mi madre lo fue también. Teníamos una casa
escuela con 13 habitaciones en el centro de Madrid, en Noviciado, en la calle
Amaniel.
¡GRACIAS!